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A mi em va passar quelcom semblant al que li explicava el crític de cinema Jordi Costa (El País, 15.8.2008) en aquesta petarda, poc cinematogràfica, divertida i fresca pel·li.
::En La boda de Muriel (1994), (...) Hogan venía a decirnos que, en ocasiones, el kitsch -si es que el repertorio de ABBA merece considerarse un objeto kitsch- puede manejarse sin ironías: en cualquier territorio de la cultura popular, existe la posibilidad de detectar un discurso secreto que el usuario puede reciclar para usos privados.:(...) A veces, el ejercicio de la crítica es un tenso pulso entre el culo y la cabeza: entre lo que la razón sanciona como insuficiente o incorrecto y lo que, misteriosamente, te mantiene pegado a la butaca, entre embobado y abducido. Incurriría este crítico en la hipocresía si no confesase - y transmitiese- lo mucho que ha disfrutado con Mamma Mia!: la más veraniega (no necesariamente la mejor) película de este verano, un helado al limón que se derrite, mientras suenan las perlas de una carrera pop que exploró todas las posibilidades de la hipnosis melódica.:(...) Mamma Mia! encuentra una convincente imagen simbólica para encarnar el repertorio de ABBA: una isla griega sublimada como locus amoenus de la posibilidad futura, el ajuste de cuentas con el pasado y el goce hedonista del presente. (...) Película con estética de Club de Vacaciones y descuidadísima puesta en escena, Mamma Mia! trivializa algunos clásicos -la revisión bufa de Take a chance on me por parte de Julie Walters-, al tiempo que amplifica la fuerza de otros
-The winner takes it all y S.O.S., por ejemplo-. Su imperfección es la de un cóctel servido al borde de una piscina: los habrá mejores, pero costará encontrar un momento más perfecto para degustarlos.
Jo la vaig veure abans d'ahir i m'ho vaig passar pipa. Per cert, l'illa és Skopelos.
ResponEliminaToni
ResponEliminaHo celebro. Bon estiu.