Manuel Cruz escrivia diumenge a La Vanguardia [sencer, aquí] sobre la naturalesa de la desafecció política al mig d'un votant postmodern que veu els partits com a instruments més o menys ocasionals i la política com un món autoreferenciat que no té res a veure amb la seva vida. En aquest context, diu, la que té més a perdre és l'esquerra, i els que menys els nacionalistes. No hi estic del tot d'acord (l'esquerra també apel·la als sentiments comunitaris, no tan sols el nacionalisme...). El que més m'agrada de l'article, de fet, és el títol: la desafecció va per barris. Té tota la raó. Així acaba la seva argumentació:
:
¿Por qué me he referido en lo anterior con mayor insistencia a la izquierda? Porque es ella la que todo lo cifra en la política, en la medida en que sólo a través de la política le es dado acercarse al horizonte de transformación que tanto predicaba en otro tiempo o, por lo menos, introducir elementos igualitarios en medio de la flagrante injusticia en la que vivimos. De ahí que la situación actual, en la que la esfera de lo político es percibida como un subsistema propio, específico, pero ya no como el sistema marco desde el que pensar y a través del que intervenir en el conjunto de la sociedad, le perjudique especialmente. La misma razón por la que los sectores conservadores, y muy especialmente los nacionalistas, se mueven en este estado de cosas como pez en el agua. En efecto, en tanto que conservadores comparten con el resto de las fuerzas del mismo signo su preferencia por un Estado que se limite a la tarea, básicamente procedimental, de garantizar marcos y posibilidades para la libre actividad de los individuos. De otro lado, en tanto que nacionalistas, al subrayar una y otra vez los elementos relacionados con los sentimientos comunitarios, presentan su efectiva actividad política como si no fuera tal, sino el cumplimiento de una tarea superior, de un designio histórico más allá de toda ideología. Nada tiene de extraño, por ello, que el mayor de los desprestigios de la política no los afecte, o que la más escandalosa de las orrupciones (en ello estamos) apenas los dañe. Se admiten apuestas.
:
Ramon: creo que el señor Cruz repite tópicos y tópicos y tópicos sobre la forma de sentir la política por parte de la izquierda y la derecha o de cargar con sus responsabilidades cada cual. Sin contar con que cierta izquierda es hoy más un nombre que otra cosa, lo mismo que la derecha, vale decir. Hoy lo que tenemos es en la mayoría de los casos profesionales de la política que hacen su tarea, unos con más vergüenza (tú mismo) y otros con menos (mejor no hablar). Una tarea que es necesaria porque a alguien le corresponde tomar ciertas decisiones.
ResponEliminaDe todas maneras, no creo que sea procedente decir que la izquierda carga con todos los pecados del mundo y la derecha con ninguno, porque éstos no son más que unos cínicos. Esa es una visión ridícula de la derecha. Yo me he pasado la vida votándoos a vosotros y ahora voto a "la derecha" y no noto que haya habido un cambio ontológico ni nada de nada. Este desprecio --cuando no puro odio-- hacia la derecha es el que me ha hecho acabar votándolos --ya sabes, ganas de llevar la contraria--. Creo que el otro día Camps acertó cuando describió el estado moral del cierta gente que si pudiera le haría "el paseíllo". Vuestra desgraciada campaña de las últimas europeas me hace pensar que tiene parte de razón (la nuca de Vidal-Quadras expuesta a cualquiera que deseara volársela por el bien de Cataluña, parece ser, como si V-Q no fuera tan catalán como Montilla, Zaragoza o de Madre). Acabo con otra reflexión general: la semana antes de las últimas generales, Mariano decía en "El mundo" una cosa que me llamó la atención: y era que tenía un programa socialdemócrata. Creo que es cierto. Por eso lo voté. Y eso además me hace reafirmarme en que no hay tantas diferencias reales entre las opciones centrales que tenemos en el país (PP, PSOE e incluso CiU aquí y en cierto sentido ERC). La única diferencia que percibo entre siglas en la política catalana es la mayor o menor pulsión nacionalista. Y no advierto diferencia ninguna en eso entre el PSC y ERC (más allá de cuestiones estéticas menores), salvo una: ERC no me insulta pidiéndome el voto en castellano. Un saludo. JC.
- Anònim
ResponEliminaUf, quin lio.
De veres creus que a catalunya l'única puilsió és la nacionalista?
No sé, a mi m'agrada pensar que La Llei de Barris, la construcció de noves escoles i centres de salut i la dotació de millors infrastructures, per exemple, respon a una política d'esquerres. O, almenys, la que jo vull pel meu país. Si t'has tornat de dretes, tu mateix. Cadascú és cadascú.