Tras la manifestación nacionalista del 11 de septiembre último,
¿España se encuentra en un azucaque? ¿Se ha metido Cataluña en un atzucac? Aparece estos días en las librerías una novelilla mía con el título Ayer no más.
Trata, entre otros asuntos, de los agravios de unos personajes que se
esfuerzan en dejarlos atrás y de otros que exigen una reparación, para
olvidarlos. Uno de los momentos más felices del último verano fue la
lectura de un bellísimo artículo de Félix de Azúa,
sobre la memoria. “El tiempo pasado sólo conserva su maldad para quienes
lo cultivan en el presente y lo quieren mantener vivo y maligno”, decía
en él. No sé si esa ha sido la razón por la que Azúa ha decidido a sus
casi setenta años salir de Cataluña, pero supongo que entre cultivar el
agravio o seguir viviendo (vivir agraviado es un oxímoron), él, que pudo
y quiso, prefirió esto último, ni envidioso ni envidiado, que decía
fray Luis. Alguien, sabiendo que escribo desde hace tantos años en un
periódico catalán y temiendo que le pusieran a uno en el brete
embarazoso, quiso saber:¿si te preguntan por todo lo que está
ocurriendo, ¿qué dirás? Diría que entrevisté en1978 a J. V. Foix
(cáustico hasta el escarnio con el nacionalismo, por cierto) y edité
libros de Janés, Manent, Puig o Margarit, y a otros que escribían en castellano (nadie es perfecto) como D’Ors, Luys Santa Marina, Carlos Pujol o Francisco Rico, y que se siente uno tan catalán como castellano, tal y como un Unamuno vasco y federalista se lo contaba a Joan Maragall,
convencido de que ambos pueblos llegarían juntos más lejos que
separados. A menudo los agravios se fundan en creer de un modo fanático
que el otro “empezó primero”, pero está uno convencido de que los
agravios son en todo caso el más angosto de los azucaques. Lo sabía Nietzsche:¿“Es
posible vivir casi sin recuerdos, pero no vivir sin olvidar; un exceso
de historia daña la vida”. O sea, que el problema de un azucaque no es
tanto si nos metieron otros o nos metimos solos, sino querer ser los
últimos en salir de él. Unos y otros, o hunos y hotros, por seguir con Unamuno.
La verdad es que este Gobierno no tiene ni pies ni cabeza. Era dificil que fuera peros que el siguiente pero es que son iguales.
ResponEliminaEnhoirabuena por el Blog,
Pablo desde Galicia
Gracias por tus aportaciones, Pablo.
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