La epifanía brota
cuando uno percibe
que el amor propio no se alimenta
de la fatigosa tarea de quererse
sino de la alegre elección de aceptarse.
Puede que se produzca por revelación,
o simplemente por un puñetazo del destino
que te noquea en el momento oportuno.
Sea como sea
-revelación o puñetazo-,
empiezas a amarte
y, sin apenas esfuerzo, amas.
Rafael Argullol, poema "8-VI-2014" al llibre Poema, Ed. Acantilado, Barcelona, 2017, pp. 918.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada