Una vez más, en la pinacoteca de Bolonia,
compruebo que los visitantes
apenas prestan atención a las representaciones del Paraíso.
Por el contrario, el Infierno, qué atractivo es siempre,
con su sensualidad cruel, con sus monstruos,
con sus tormentos increíblemente refinados.
Los artistas han sido los portavoces de nuestros fantasmas:
¡qué escasa imaginación procura el bien!,
y en cambio el mal
-o lo que, hipócritamente, en nuestras conversaciones,
llamamos mal-,
¡qué alimento infinito para nuestros sentidos!
El mal lo dominamos con maestría
pero somos sólo aprendices al pintar el bien.
Rafael Argullol, poema "9-IV-2014" al llibre Poema, Ed. Acantilado, Barcelona, 2017, p. 858.
Il·lustració: Paradís o infern, Mestre d'Avicena (segle XV). Pinacoteca Nacional de Bolonya.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada