[Demà és Divendres Sant]
No desiste el timbal dentro del pecho,
reverbera en la bóveda del ritmo.
A pesar de su larga voluntad,
del temblor entusiasta de sus golpes,
sé que nunca ha tenido una piel fuerte.
Cada día procuro detenerme
a escuchar un instante los redobles.
Y cada vez aplaudo, por si acaso termina,
la frágil percusión del instrumento,
la música sagrada que acompaña.
Andrés Neuman, "(Concierto frágil)", a Mística abajo, Ed. Acantilado, Barcelona, 2008, p.18
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