El consenso catalanista a favor de la reforma [de l'Estatut] ocultaba posiciones sustancialmente diferentes: el magma soberanista apostaba por un escenario de tensión que pusiera de manifiesto los límites de la vía autonomista y alimentara un ambiente de frustración. Recordemos que Jordi Pujol, desde su intocable tribuna de sancionador de las esencias patrias, no se cansó de alentar un análisis según el cual "haya o no Estatuto Cataluña, saldría perdiendo".:
Sea como fuere, lo cierto es que los deseos ideológicos del independentismo, tanto del clásico de origen izquierdista como del ahora emergente de ideología inequívocamente neoliberal, así como los intereses políticos de CiU en la oposición, confluyeron en la reiteración de la tesis del fracaso del perfeccionamiento federal del modelo autonómico. Mientras tanto, en el resto de España, la derecha popular había conseguido desde el segundo mandato de José María Aznar vertebrar una clara hegemonía ideológica nacionalista en el terreno identitario, ante el cual el discurso de Zapatero a favor de la España plural aparecía como una concesión al catalanismo.
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En este sentido, las dificultades del PSOE para combatir al nacionalismo español del PP han sido similares a las que tiene el PSC para hacer frente al nacionalismo/soberanismo de CiU.
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A nuestro juicio, el proceso de reforma del Estatuto catalán ha sido el catalizador de las dos corrientes regresivas en relación al pacto de 1978: el neocentralismo y el soberanismo. Ambas son la expresión de un proceso peligrosamente regresivo de polarización y centrifugación ideológica.
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La oportunidad para la España plural sigue estando vigente hoy en día. Porque, fijémonos bien: lo que el catalanismo anhela para España cae más en el terreno de lo que denominaríamos cultural y político que en el campo estrictamente jurídico o competencial. El catalanismo desea que la aceptación de la diversidad lingüística, cultural e identitaria, no sea solo una aportación que se realiza desde Cataluña -por cierto, igualmente diversa- y desde otras comunidades autónomas, sino una idea aceptada y asumida por la centralidad de la cultura política española. Este es el verdadero objetivo del relato en construcción sobre la España plural; objetivo previo a necesarias, aunque hoy por hoy imposibles, reformas constitucionales.
:Daniel Fernández i Joaquim Coll, fragments d'"El asedio de la regresión", El País, 3.6.2010.
Imatge: Presentació del llibre recent dels autors, A favor de España y del catalanismo. Un ensayo contra la regresión política (Edhasa, 2010), amb Miquel Roca i José Montilla.
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