diumenge, d’agost 10, 2008

Trobar-se amb la bellesa

Propostes d'agost - 10
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Cuando por fin se produce el gran encuentro, una mirada basta para que se detenga la mano que escribía el destino del mundo y se desvanezca la fatalidad. De repente no hay ningún relato que entorpezca la libertad del fulgurante relato que ahora empieza. Nada está escrito en el cielo cuando el amor nos otorga el privilegio de escribir nuestra vida en la tierra.
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La belleza acude de forma imprevista, sin que realmente tengamos el poder de convocarla. A veces ocupa un lugar por el que hemos pasado en mil ocasiones sin apercibirnos de su presencia y en otras, tras buscarla en mil lugares, aparece en el único rincón que no habíamos ratsreado. La belleza acecha continuamente pero ignoramos desde dónde nos vigila y cuándo pasará a la ofensiva. Por eso siempre nos coge desprevenidos, con la guardia baja y sus ataques son demoledores.
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Rafael Argullol, El cazador de instantes, Ed. Destino, Barcelona 2002; af. 163 (Nada está escrito), af. 190 (La belleza), pp. 86, 96-97. Vegeu fragment del llibre aquí, més aforismes aquí, bloc d'Argullol, aquí.
Foto: Un moment de l'òpera Mort a Venècia, de Benjamin Britten, basat en la novel·la de Thomas Mann. En parla Mercè Solé aquí i aquí.
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2 comentaris:

eloi ha dit...

També passa semblantment amb la saviesa. A vegades ens pensem que "sabem" coses però només son dades. Saber de debó també té aquest component de regal
(alguns en diuen "gràcia").

Ramon Bassas ha dit...

Efectivament, passa el mateix; la bellesa no deixa de ser una forma de saviesa, una porta, un esdeveniment pel qual aturar-nos i admirar-nos-en.