divendres, de setembre 10, 2010

Fer com si...

És tan bo, aquest article, que us recomano que el llegiu sencer aquí. L'escriu Gustavo Martín Garzo a El País d'ahir i parla sobre la necessitat de 'fer com si', és a dir, de situar-se en el pla de la ficció, o del relat, per retornar a la realitat allò que ha perdut, o allò que no ha acabat de desplegar, o la seva culminació, o la nostra felicitat. Quelcom que fa més real el real. Aquests dies que, a propòsit de Hawking, penso fins a quin punt hem abandonat la capacitat simbòlica a favor de l'argumentació científico-tècnica (i aleshores es fa menys comprensible tot plegat, de fet), trobo que ve més encertat que mai aquest article, ple de referències, com la que dóna sentit al títol: l'enamorament en directe d'Iker Casillas.

Aquí en teniu alguns trossets:

Desde un punto de vista racionalista el pueblo de los dogón es un pueblo de grandes mentirosos, ya que no tienen ningún reparo en apropiarse de las historias que les gustan haciendo como si les hubieran sucedido a ellos. Por ejemplo, alguien escucha la historia de un dios que protege a las vacas, e inmediatamente adoptan a ese dios como propio. (...)
Y para llevarla a cabo hablan con las raíces de las que obtienen el veneno, con las plantas con que fabrican sus arcos, con el fuego que debe fundir el hierro para las flechas. Y, en su término, piden perdón al león por haberle tenido que matar. Así reestablecen la armonía rota por el acto de violencia. Cada gesto, cada tarea que emprenden, está acompañada de palabras y cantos. Y hablan como si raíces, ramas, fuego y animales pudieran entenderles.

¿Somos tan diferentes a ellos? El químico habla con sus probetas y cultivos y les pide en secreto la solución a sus experimentos, el adolescente pide al genio de los botellones que lleve a sus brazos el chico o la chica que desea, al montarnos en un tren confiamos en que nos conduzca a nuestro destino. Todo el arte se basa en ese principio misterioso de "hacer como si". (...) Y vivimos como si tuviéramos un alma que guardar y a la que escuchar.

(...) También don Quijote se rige por la filosofía de los dogón. Se lanza en busca de aventuras como si realmente fuera un caballero andante. Y así, se enfrenta a las injusticias y defiende a los débiles y los oprimidos por el poder. Se pone de parte de la pastora Marcela, reivindicando el derecho a elegir de las mujeres, defiende a un pobre siervo apaleado, libera a los presos, trata a unos pobres pastores como si fueran grandes señores, lo que da lugar a su bello discurso sobre la Edad de Oro, y tratar a las criadas de la fonda como si fueran delicadas damas, y así modifica la realidad.

En política el principio del "como si" estaría en contra de cualquier forma de intolerancia, porque rechaza toda centralidad. (...) Las personas religiosas creen que hay un dios, una vida más allá de la muerte, y que los justos antes o después serán amados y tendrán su recompensa, lo que no está nada mal. Pero el problema no es vivir de una manera determinada, sino creer que es la única posible. (...)

Las madres suelen enloquecer con sus recién nacidos, pero también se los toman a broma, pues si no ¿cómo podrían ayudarles a crecer? Sin ironía seríamos devorados por la tiranía de nuestros ideales y deseos.

(...) Al comienzo del Mundial surgió un problema con Iker Casillas. Su novia, una guapa e inteligente periodista, fue nombrada corresponsal y algunos medios la criticaron por pensar que le distraía de su tarea. (...) El gol parecía cantado, pero Casillas hizo una de esas paradas que se quedan para siempre en la memoria. Y en el bar en que estábamos viendo el partido sucedió el milagro: todos se pusieron a gritar el nombre de Sara Carbonero, la guapa periodista. Solo ella podía haber inspirado en Casillas ese momento de magia suprema y permitirle parar un balón inalcanzable. Y todos nos comportábamos como si cosas así, gracias al amor, fueran posibles en el mundo.

(...) Eso queremos, vivir como si fuera posible un mundo más justo, generoso y noble, como si fuera posible la felicidad. Y lo extraño es que, al creer en ello, logramos ser misteriosamente felices alguna vez.