No sólo tenía malos propósitos, pero tenía los buenos mezclados con los malos. No hay nada reprobable en tener ambiciones, lo que ocurre es que él tenía ambiciones y las llamaba ideales. El antiguo sentido del honor enseñaba a los hombres a sospechar del éxito, a decir: "Esto es un beneficio, puede que sea un soborno". El moderno sentido de hacer el bien enseña a los hombres a cofundir el ser bueno con ganar dinero.
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