Los arcos (...) se habían construído hacía cuatrocientos años, en ese momento en que el gótico se desplomó desde el cielo y se inclinó, más bien se acurrucó, ante las cómodas habitaciones del humanismo y el Renacimiento.
G.K. Chesterton, Los relatos del Padre Brown, trad. M. Temprano, Ed. Acantilado, Barcelona, 2008, pp. 1026.
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