dimarts, de març 16, 2010

Més erotisme

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La reflexió [en vaig parlar aquí] de Gregorio Luri sobre l'encíclica Déu és amor [vegeu Benet a Roma, 2006], del papa Benet XVI, continua avui reflexionant sobre les voltes que l'autor dóna a Nietzsche. En reprodueixo aquest revelador paràgraf:

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La afirmación del sentido no es específica del hombre, sino de la vida. Estar vivo es estar sometido a la lógica del sentido (como orden estricto de sucesión: nacimiento, reproducción, muerte: la vida es el orden que le es posible alcanzar provisionalmente al caos). Lo específico del hombre es que además de sentirse biológicamente vivo, necesita sentirse existencialmente sano y su salud está asociada a la constatación del sentido (en caso contrario decimos que está enajenado). Esta es su enfermedad paradójica: es un animal enfermo porque a diferencia de cualquier otro animal (que sólo necesita afirmar su vida), él necesita buscar para su vida el cobijo del sentido (de la lógica, de la ciencia... y, en definitiva, de un tipo u otro de providencia).
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Foto: Sunil Gupta, sense títol.
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