dissabte, de maig 19, 2018

El poble



Es fácil defender al pueblo
contra los poderosos
--por sed de justicia, compasión
o, sencillamente, sentido de la decencia.
Más complicado es hacerlo
cuando el pueblo mismo
se considera poderoso,
bien como chusma,
bien como niuvel riche.
Entonces es mejor declararse apátrida
o, preferiblemente, anacoreta:
refugiarse con Dios
como único interlocutor,
aun sospechando
que Dios no existe.

Rafael Argullol, poema "17-III-2012" al llibre Poema, Ed. Acantilado, Barcelona, 2017, p. 90.