dissabte, d’octubre 20, 2018

La ciutat és dels desterrats


Antes de que se fundara la ciudad
todos los desterrados del mundo
vagabundeaban de aquñi para allá,
tristes, melancólicos,
acosados por pasiones, dichosos.
Se consideraban dueños del destino.
Pero alguien --un pastor de Mesopotamia
o el mismísimo Caín, asesinado Abel--,
alguien con la astucia del exiliado,
inventó la ciudad, y en ella hallaron cobijo
todos los desterrados del mundo.
En las reciéninauguradas calles y plazas
se juntaron, sin preguntar por el pasado,
asesinos, santos y profetas.
Así se domesticaron las luces y las sombras,
asínació la civilización.

Rafael Argullol, poema "20-XII-2012" al llibre Poema, Ed. Acantilado, Barcelona, 2017, p. 381.
Il·lustració: Michiel Coxcie, La mort d'Abel (d. 1539), Copyright ©Museo Nacional del Prado, Madrid.