El crimen (...) donde verdaderamente campa por sus respetos es en los lugares limpios, inmaculados y bien ordenados: no hay barro donde dejar huellas de pisadas, ni posos envenenados, pues solícitos sirvientes se encargan de limpiar todo rastro del crimen mientras el asesino mata e incinera a sis mujeres por falta de un poco de suciedad cristiana.
Foto: Kyle MacLachlan en un fotograma de Blue Velvet, de David Lynch (EUA, 1986)
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