La máscara del perdedor
es más elocuente que el disfraz de la victoria.
Admiro el atleta derrotado
que, tras el tremendo esfuerzo,
es capaz de dirigir una mirada digna
hacia la grada que lo espía.
Es así como el vencido vence.
Rafael Argullol, poema "6-V-2012" al llibre Poema, Ed. Acantilado, Barcelona, 2017, p. 145.
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