--Una extraña actitud hacia quien te ha condenado a muerte --exclamé.
José se encogió de hombros y dijo:
--No hemos de devolver mal por mal, sino al contrario: perdonar a nuestros enemios y amarlos como Dios nos ama.
--Por Júpiuter, no sé quien te ha metido esta idea en la cabeza, pero venga donde venga, es una insensatez. Si no distinguimos al amigo del enemigo y al bueno del malo, ¿adónde irán a parar la virud y la justicia?
Eduardo Mendoza, El asombroso viaje de Pomponio Flato, Ed. Seix Barral, Barcelona, 2008, p. 90.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada