dijous, d’octubre 13, 2011

L'argument

¿Qué hacer entonces para ganar las elecciones? En principio, buscar expertos en ciencias cognitivas y neurociencias que nos digan cómo funcionan las entrañas de los ciudadanos, y a continuación escribir un cuento, o varios, que permitan conectar los sentimientos de los votantes con los intereses de mi partido. (...)

¿Para qué sirven las historias en estos casos? Para que cada quien se identifique con uno de los equipos que compiten, vista su camiseta y sienta que "esos son los míos". La necesidad más básica de las personas consiste en integrarse en un grupo, a la intemperie hace demasiado frío. Pero (...) los partidos no deberían ser equipos, con su hinchada incondicional, que no apoya a su equipo porque sea el mejor, sino porque es el suyo. Los partidos políticos deberían ganarse adhesiones coyunturales con sus actuaciones (...).

Dicen también quienes saben de esto que las historias, para ser efectivas, deben tener al menos algo de verdad. Y si los problemas son tan dolorosamente reales, creo que esta historia es en muy buena medida verdadera.


Adela Cortina, fragments de l'article "Leyendas políticas", a El País, 9.10.2011