"No proponiéndose ni patria que amar en particular, ni extraños que odiar, cada uno odiará a todos los demás, amándose sólo, entre todos los de su especie, a sí mismo." [diu] Leopardi [, qui] no había previsto las fragmentaciones en grupos, en sectas, las unificacione smasivas en torno a utopías idiotas.
Guido Ceronetti, El silencio del cuerpo, Ed. Acantilado, Barcelona, 2006, pp. 108-109.
Il·lustració: Letras Libres.
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