dissabte, de gener 19, 2019

Perdre el centre



Como a menudo hacemos con las hormigas,
interrumpiendo su marcha hacia el hormiguero,
un dedo gigantesco debería también
apartarnos a nosotros de nuestros senderos
para depositarnos en otro lugar,
en un camino desconocido
que nos obligara a buscar de nuevo el rumbo.
Perder el centro, nacer otra vez,
verse obligado a recomponer el mundo,
es la condición necesaria
para sentir renovadas
nuestras dudas y nuestras elecciones.
Con frecuencia el dedo invisible
que nos obliga a extraviarnos
pertenece a la mando que nos devuelve a la libertad.

Rafael Argullol, poema "24-VII-2013" al llibre Poema, Ed. Acantilado, Barcelona, 2017, p. 599.